El ámbito educativo se sumó al comienzo de las celebraciones del Bicentenario de la Patria. Así lo hizo el Colegio Nuestra Señora de Lourdes de Flores, conjuntamente con la comunidad de la parroquia de ese barrio porteño, al concretar una visita a la Basílica de Luján, que congregó a un millar de personas.
Cambiando su ya tradicional peregrinación al santuario de Lourdes ubicado en Santos Lugares la organizó este año con la finalidad de concretar un gesto al iniciarse las celebraciones de los 200 años de la independencia que se prolongarán hasta el 2016, enmarcándose en la convocatoria que para el próximo 8 de mayo ha formulado el Departamento de Laicos del Episcopado.
Tras reunirse en el templo de Flores y compartir una reflexión partieron, por distintos medios, alumnos, padres, docentes, directivos y fieles de la parroquia, Con la ayuda de un número significativo de servidores, alumnos de tercer y cuarto año que estuvieron motivados y conducidos por los profesores Diego y Juan Martín, arribaron a la ciudad bonaerense. Con la imagen de la Virgen, una marioneta que representaba al "negrito Manuel", quien cuidó aquella imagen que llegara a Luján, y una larga bandera argentina ingresaron a pie por la avenida principal que conduce a la Basílica, donde fueron recibidos por el rector del Santuario, Pbro. Daniel Blanchoud, en nombre del obispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani.
El párroco de Lourdes. Pbro. Raúl Laurencena, presidió la misa, acompañado por el Pbro. Walter Medina, y rodeado en el prebisterio por los chicos del colegio que participaron con cantos y agitando cintas celestes y blancas. En su homilía destacó cómo la educación se suma al Bicentenario de la Patria para dar gracias a la patrona de toda la Argentina por haber recibido el regalo de una Nación y, a la vez, por la honrosa tarea de cuidarla y hacerla crecer. Para complementar ese objetivo, agregó, se necesita construir una Patria para todos, con verdad y sin excluir nadie. Y, especialmente, tener en cuenta a los niños y a las personas mayores. Para eso, puntualizó, debemos hacer bien lo que tenemos que hacer, con fe, amor, justicia y honestidad. En definitiva, con la invalorable ayuda de María, procurar sentir y obrar como Jesús.
Luego se compartió un encuentro en la Villa Marista.
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