Con mucha alegría y una gran convocatoria, toda la comunidad de Lourdes, caminó hasta el santuario de Santos Lugares (parroquia, colegio con sus alumnos, docentes, familias, ex-alumnos, amigos de tantos años), porque ponerse en camino, sentirse peregrino, es una actitud frente a la vida. Es querer hacer de la propia vida un camino constante, es no detenerse, es saber que mientras caminamos, hay otros que peregrinan con nosotros.
Peregrinar es poner la esperanza en la llegada.
Peregrinar es des-instalarse de seguridades para poner la confianza en María la gran convocante al caminar.
Muchos chicos y chicas de secundaria decidieron dedicar el sábado para compartir esta experiencia del peregrino.
Por esa razón, un agradecimiento especialísimo a los chicos de 3º que realizaron de manera excelente su tarea de servidores (también a los de 4º, que participaron en esa tarea) todos ellos de la mano de Diego, (un grande). A las chicas de 5º, que en el camino fueron recibiendo las intenciones de los vecinos para llevarlas al santuario, al grupo que se turnó para llevar las andas de la Virgen peregrina, llegada de Lourdes Francia, a las familias que colaboraron con tanto entusiasmo, a los catequistas que dedicaron mucho tiempo a la organización, a los que dieron una mano y con mucha creatividad ayudaron en la preparación de los estandartes, a TODOS, sin olvidarnos de nadie.
Un agradecimiento también, a los jardines y los grados de primaria que dijeron presente. Fueron muchos, los que participaron de la marcha: los chicos de los grados superiores, y no faltaron algunos chiquititos, de la mano de sus papis que se animaron a caminar algunos tramos y hasta en cochecito participaron otros. Con ellos caminaron sus familiares, las seños y los profes. Sin contar a los jóvenes y a los adultos de la parroquia.
Una animación contagiosa (representantes del primario, de las familias, de las parroquia y del secundario) mantuvo el ritmo y la disposición de todos. Los mensajes, centrados en las palabras claves que sintetizan el lema del año, llegaron al corazón. Los cantos elegidos, las dinámicas y consignas convocaron a la participación. Por eso el clima fue de alegría y fiesta fraterna.
Después vino el emocionado y siempre alborotado encuentro, en la placita de Santos Lugares. La Bernardita gigante que salió al encuentro, sorprendió a los más chicos y nos acompañó las 8 cuadras hasta la Basílica. En ese tramo el ritmo se acomodó al paso de los de tres, pero no decayó el entusiasmo. Las campanas del templo nos dieron la bienvenida.
Mas tarde, la celebración en la gruta, con unos y la Misa en la iglesia superior, con otros, canalizaron los rezos de chicos y grandes.
Finalmente, con los últimos rayos del sol que nos indicó el camino, ingresamos a la gruta, donde las escalinatas que la rodean, semejando un enorme abrazo, fue calmando nuestro cansancio.
Entonces, entre rezos, risas y muchos cantos le cantamos a María en voz alta, con el corazón y mucha, mucha emoción y alegría, porque como familia nos fuimos encontrando en la ternura de nuestra Mamá del cielo.
Ya en la Iglesia, juntos como Comunidad Peregrina, participamos de la renovación del Bautismo y del encuentro con Jesús en la Eucaristía.
Es nuestro deseo, que María de Lourdes siga regalando a esta comunidad su bendición y protección familiar. Nos volvemos a ver el próximo año, en el camino del peregrino, de Lourdes a Lourdes.
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